Alguien que venga, pero sobre todo
que no se vaya
Te has presentado con esa excusa
perfecta que yo no necesitaba escuchar. Con prosas y prisas.
Me preguntas si sigo anestesiándome
con bebida porque me aburre estar sobria a estas horas.
Espera, que voy a dejar de escuchar
todos esos grupos Indies y voy a poner los gemidos de una peli porno
al 20. Y deja ya de decirme que soy borde si para mi eso es lo
correcto.
Porque te has colgado de mis flores y
no de mis raíces, como esos idiotas de los que es fácil enamorarse
pero imposible seguir amándoles por mucho tiempo. No pierdas el
tiempo, aquí tienes mi cuerpo, ahí esa pared y mi espalda quiere
trepar por ella.
Claro que me gustas, si cuando me
compro lencería pienso en lo bien que me va a quedar cuando me la
rompas y arranques, joder.
Ya sé, ahora dirás que tienes que
irte y que me echarás de menos. Reiré cuando cierre la puerta tras
de ti porque sé que lo único que quieres es volver a tu cómoda
rutina.
Y luego el por qué lluevo fuego cuando
me dices con susurros que no importa, que sigo siendo tu puta
preferida.
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