Dime, ahora, dónde quieres que te sienta al recordarte.
En los ojos al ver tu mirada otoñal desde lejos. En el cuello que besas y lames perro después de saciarte de mi boca.
En la espalda donde dibujas loco alas malditas estando exhausta de tus gemidos. Entre las piernas. En la cadera que subes y aprietas fuerte para adentrarte más en mi. Hacia ti.
En la boca sucia al susurrarte el ansia del deseo. En los huesos de las manos al coger las tuyas al corrernos.
En el corazón donde sigues por un tiempo.
En mi cabeza que guarda tu risa, cuerpo, alma, tus embistes y todas las bragas y medias que me rompes.
lunes, 26 de diciembre de 2016
Ahora
martes, 22 de noviembre de 2016
Me ahogo. Mi vientre lleno de viento, hojas mojadas y marea. Troncos y cadáveres despellejados. Porque es así como te quiero, cerca de donde duelas.
Acércate al precipicio de mis ojos, de mi cuello y de mi vida. Salta y agárrate a las paredes de mi ombligo y mis pezones. Ahí donde la otra vez te arrancaste las uñas y te salvó el abrazo de mis piernas.
Me asfixio. Cuando te respiro me contaminas, cuando te lamo las grapas me contaminas. Sólo quiero que te dejes querer sin querer y que me toques sin tocarnos. Que ya te mataste por dentro y ya nadie podrá hacerlo, voy a vomitar contigo los fracasos sentimentales quemados en orgías inquisitoriales.
No quiero desarreglarte la vida sólo quiero escribirte en la piel y comernos.
lunes, 21 de noviembre de 2016
Alguien que venga, pero sobre todo
que no se vaya
Te has presentado con esa excusa
perfecta que yo no necesitaba escuchar. Con prosas y prisas.
Me preguntas si sigo anestesiándome
con bebida porque me aburre estar sobria a estas horas.
Espera, que voy a dejar de escuchar
todos esos grupos Indies y voy a poner los gemidos de una peli porno
al 20. Y deja ya de decirme que soy borde si para mi eso es lo
correcto.
Porque te has colgado de mis flores y
no de mis raíces, como esos idiotas de los que es fácil enamorarse
pero imposible seguir amándoles por mucho tiempo. No pierdas el
tiempo, aquí tienes mi cuerpo, ahí esa pared y mi espalda quiere
trepar por ella.
Claro que me gustas, si cuando me
compro lencería pienso en lo bien que me va a quedar cuando me la
rompas y arranques, joder.
Ya sé, ahora dirás que tienes que
irte y que me echarás de menos. Reiré cuando cierre la puerta tras
de ti porque sé que lo único que quieres es volver a tu cómoda
rutina.
Y luego el por qué lluevo fuego cuando
me dices con susurros que no importa, que sigo siendo tu puta
preferida.
viernes, 18 de noviembre de 2016
Esa puta manía tuya de sobrevivir a lo que pensaste te mataría.
Que está la parca esperando a enganchar de tu dedo el certificado de defunción mordiéndote el tuétano del miedo en un baile de chacales.
A ti que hielas el mundo con tu mirada. Que lames clavos ardiendo.
Que eres cristal en el suelo.
Hoja de navaja.
Sucursal del infierno.
Seguid ardiendo, cabrones, y no ensuciéis demasiado.
Que está la parca esperando a enganchar de tu dedo el certificado de defunción mordiéndote el tuétano del miedo en un baile de chacales.
A ti que hielas el mundo con tu mirada. Que lames clavos ardiendo.
Que eres cristal en el suelo.
Hoja de navaja.
Sucursal del infierno.
Seguid ardiendo, cabrones, y no ensuciéis demasiado.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)