domingo, 25 de febrero de 2018

ARDER

Si no sucede que existo a quemarropa duermo cuajándome la sangre y me hago fuego para arder en mi existencia desahuciada.
Asesinando la vida.
Incinerando el delirio
me miro desde el infierno que ocupo y avivo las llamas que de mis vísceras brotan arraigadas a mi silencio.
Incinerando el delirio
mis ojos son desiertos de tanto mirar a la nada.
Relamo la angustia, el sabor amargo al desear mi cuerpo quebrado porque soy una malsana con alma descosida y pupilas disecadas.

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